El pasado 24 de enero, dentro del ciclo que
dedicamos al cine histórico, tuvo lugar la proyección de “Ser o no ser”, un clásico del cine norteamericano dirigido
por Ernst Lubitsch. En esta ocasion, la mesa redonda posterior a la proyección
giró en torno al tema: “¿El cine cambia la Historia?”
FICHA TÉCNICA:
Título original: To be or not to be. Año: 1942. País:
Estados Unidos. Dirección: Ernst
Lubitsch. Producción: Alexander
Korda y Ernst Lubitsch (United Artists). Guión:
Edwin Justus Mayer, sobre un argumento de E. Lubitsch y Melchior Lengyel. Música: Miklós Rózsa, Werner R.
Heymann. Fotografía: Rudolph Maté
(B/N). Decorados: J. McMillan
Johnson, Julia Heron. Vestuario: Irene.
Montaje: Dorothy Spencer. Duración: 94 minutos. Estreno en Estados Unidos: 6 de marzo
en 1942. Estreno en España: 19 de
diciembre de 1970.
REPARTO:
Carole Lombard (María Tura), Jack
Benny (Josef Tura), Robert Stack (Teniente Stanislav Sobinski), Felix Bressart
(Greenberg), Stanley Ridges (Profesor Siletsky), Sig Ruman (Coronel Erhardt),
Lionel Atwill (Rawitch), Tom Dugan (Bronski), Charles Halton (Productor
Dobosh), Henry Victor (Capitán Schulz).
SINOPSIS:
Polonia, año 1939. El inicio de la Segunda Guerra
Mundial afecta a la programación de la compañía teatral Tura, especializada en
obras de Shakespeare y que ve prohibida su pieza “Gestapo”, y separa a su
primera actriz, María, de su admirador, el teniente Sobinski. Meses después, el
profesor Siletsky, agente doble, intenta desmantelar la resistencia en
Varsovia; los miembros de la compañía tendrán que eliminarlo, suplantar a la
Gestapo alemana y al mismo Führer para conseguir desbaratar sus planes. Para
ello recurrirán a sus dotes interpretativas, confundiendo a la propia policía
alemana.
EL
DIRECTOR:
Ernst
Lubitsch (Berlín, Alemania,
1892-Los Ángeles, Estados Unidos, 1947). Berlinés de origen judío, Ernst
Lubitsch se introdujo en el teatro de la mano del director austriaco Max
Reinhardt, quien, a su vez, le dirigiría en su primera película como
intérprete, Meyer Auf der Alm (1912).
En 1914 asumió la dirección de la comedia Fräulein
Seifenschaum, y pronto alcanzó la fama en Alemania, donde, aparte sus comedias, destacaron
sus elegantes y a la vez espectaculares evocaciones históricas Madame DuBarry (1919), Ana Bolena (1920) o La mujer del faraón (1922). Su destreza para las escenas de masas pronto
llamó la atención de Hollywood, que le convenció para ponerse al frente de Rosita, la cantante callejera (1923), con
Mary Pickford. Ya no abandonaría Estados Unidos, donde daría lo mejor de sí
mismo, especialmente durante los años treinta, la época dorada de la comedia
americana que hicieron posible cineastas como Frank Capra, Howard Hawks, Leo
McCarey o el propio Lubitsch. Excelente director de actores, trabajó con gente
tan variopinta como Greta Garbo, Pola Negri, Emil Jannings, Marlene Dietrich,
Maurice Chevalier, Gary Cooper y un largo etcétera. Vinculado durante años a la
productora Paramount (de la que llegó a ser jefe de producción entre 1935 y
1936), Lubitsch impondría en películas como El
teniente seductor (1931) o La viuda alegre (1934) un modelo narrativo
basado en la elipsis, la sofisticación, el deseo sexual y el afán de riqueza
aludidos como metáforas, los ambientes desenfadados, la velocidad; ese famoso y
legendario “toque Lubitsch” que crearía escuela e influiría, por ejemplo, en la
obra de Billy Wilder (guionista suyo en dos películas). Títulos tan brillantes
y admirables como Ninotchka (1939),
con Greta Garbo, El bazar de las
sorpresas (1940), con James Stewart, Ser
o no ser (1942) y El diablo dijo no
(1943) transmiten algo tan sencillo y universal como amor por la vida, pero también ternura hacia
los seres humanos y en ocasiones una crítica política (sutil o explícita)
enmascarada tras la sátira… Quizás porque, después de todo, tras su apariencia
de bon vivant alegre y hedonista se
ocultaba, en el fondo, un escéptico optimista.
Si quieres conocer más datos técnicos y artísticos de la película pulsa aquí: IMDB
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LA PELÍCULA:
Apenas habían pasado dos años desde la invasión de
Polonia por la Alemania de Hitler (en
1939) cuando Lubitsch rodaba en Hollywood Ser
o no ser. Era, por lo tanto, un tema de rabiosa actualidad. La idea del
argumento (una troupe de humildes
actores polacos involucrados por azar en la resistencia antinazi) se la
proporcionó a Lubitsch el escritor y guionista de origen húngaro Melchior
Lengyel (de verdadero nombre Lebovics Menyhért), inspirador asimismo de Ninotchka (1939), uno de los mayores
éxitos del realizador alemán. A partir de la idea inicial de Lengyel, Lubitsch
desarrolló con el guionista Edwin Justus Mayer una sátira hiriente y aguda
contra el ideario nazi. Sin embargo, a los sectores políticos más conservadores
de Estados Unidos no les gustó que otra película americana (primero fue Chaplin
con la demoledora El gran dictador,
en 1940) ridiculizara a un Estado, Alemania, que no era considerado
oficialmente como enemigo por parte de un país aún neutral (ni siquiera se
había producido todavía el ataque japonés sobre Pearl Harbour). Por si fuera
poco, se acusó a Lubitsch de frivolizar sobre un asunto tan serio, y de futuro
tan incierto, como el de la opresión alemana sobre Polonia. Al estrenarse la
película en 1942, Estados Unidos ya había declarado la guerra a Japón y
Alemania, al tiempo que Hollywood se volcaba en la causa bélica mediante el
rodaje de películas propagandísticas y el alistamiento en las Fuerzas Armadas
de muchos miembros de su star system,
pero ni por esas se reconoció la labor de Lubitsch.
Cuando
el mundo tuvo conocimiento pleno del horror nazi, del holocausto, de la triste
realidad de una Europa devastada y desmoralizada por la guerra, comenzó la
reivindicación de Ser o no ser como obra
maestra del cine y como película adelantada a su tiempo por la utilización de
la sátira como herramienta crítica. Se comprobó que bajo la máscara de la
comedia, de la parodia, de la burla, subyacía un rechazo frontal al nazismo y a
cuanto representaba, erigiéndose en alegato contra la intolerancia. Era lo
lógico tratándose de un realizador judío que declara sus intenciones empleando
a un actor también judío (Felix Bressart
en el papel de Greenberg) para recitar en los pasillos de un teatro al
Shylock de Shakespeare delante de los soldados alemanes en una de las escenas más emotivas de la
película.
Pero
Ser o no ser es mucho más que un
inteligente manifiesto contra el nazismo. Es también la típica historia de
Lubitsch (sutil, nada declamatoria, vitalista y divertida) sobre triángulos
amorosos (Carole Lombard, deslumbrante en el papel de María Tura, flirtea con un
joven militar a espaldas de su egocéntrico marido). Es asimismo un homenaje al mundillo del teatro (del que provenía el
propio Lubitsch), la historia de una representación ficticia que termina siendo
auténtica (la de esos actores que inicialmente ensayan una obra sobre la
Gestapo y se ven inmersos en un constante “ser o no ser” cuando han de enfrentarse con los
alemanes) y, quizás por encima de todo, un homenaje a quienes luchaban en contra
de la tiranía. Fue el último trabajo de Carole Lombard, fallecida el 16 de
enero de 1942 (un mes antes de la premiere
del filme en Nueva York) en un accidente aéreo cuando viajaba desde Nevada a
California para promocionar bonos de guerra. Tras su fallecimiento se suprimió
una frase del guión en cierto modo premonitoria en la que decía: “¿Qué puede
pasar en un avión?”. El mítico Clark Gable, su marido por aquel entonces, desolado,
se alistó en el ejército después de la tragedia.
Ser o no ser no ha perdido nada de su vigencia a pesar del
tiempo transcurrido. Fue una película audaz realizada en circunstancias
políticas muy poco envidiables. Seguramente no tuvo la repercusión de los
filmes bélicos de propaganda realizados en su época, pero al contrario de
éstos, y junto a obras de la talla de la coetánea Casablanca (Michael Curtiz), mantiene intacta su frescura. No es
una película fiel a la Historia, sino una fabulación de la realidad, acaso la
expresión de un deseo personal (asistir al final del régimen nazi) concebido
desde una confianza inquebrantable en la libertad humana.
¿SABÍAS
QUE…
- …En 1942 Hollywood produjo algunas películas de corte antifascista, entre las que destacan Ser o no ser, Casablanca (Michael Curtiz), Sabotaje (Alfred Hitchcock), Keeper of the Flame (George Cukor) y La señora Miniver (William Wyler), que ganaría el Oscar a la mejor película?
- …Ernst Lubitsch rodó un episodio sobre Alemania en 1942 para la serie documental de Frank Capra Why We Fight (1942-1945), destinada a explicar al público las causas de la guerra, pero fue retirado de la misma por considerarlo poco adecuado para el espíritu del proyecto?
- …El Congreso de los Estados Unidos incluyó Ser o no ser en el “National Film Registry” en 1996 y fue considerado como un tesoro cultural norteamericano que debía ser protegido a toda costa?
- …En 1983 Alan Johnson dirigió un remake titulado en España Soy o no soy, con Mel Brooks y Anne Bancroft al frente del reparto?
- …Hasta 1960 no pudo ser exhibida en Alemania?
- …En España estuvo prohibida su exhibición hasta 1970 (año de estreno en Barcelona), y únicamente pudo proyectarse en las restrictivas “Salas de Arte y Ensayo”?
- …Que Billy Wilder dijo de Ernst Lubitsch: “Lubitsch era capaz de hacer más con una puerta cerrada de lo que la mayoría de los directores actuales son capaces de hacer con una bragueta abierta”?
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