No hago más que escuchar que estamos viviendo
una de las peores crisis económicas de la historia. Crisis bursátil, crisis
financiera, de la construcción, laboral, crisis de conciencia… En definitiva;
crisis de la comunidad y del individuo. Y para colmo… cada uno con su crisis
interior.
Y es que el mundo universo es ya una crisis.
Del Big Bang surgió una crisis galáctica, y desde entonces todo es un gran
caos. El ser humano es una contradicción es sí mismo: nace sin haberlo pedido,
sin saber porqué, haciéndose preguntas. Cada individuo lleva su cruz y hace su
“vía crisis”.
Para los males de la economía ya hay muchos
expertos… Ya llegará el momento de preguntarnos por estos y de responder con la
acción; pero ¿Quiénes tienen que resolver los del alma? Sinceramente, creo que
la “superchería” y la fe, para quien le sirva… A mí ya no. Para mí, los poetas,
los pensadores y los músicos tienen la repuesta. Creo firmemente que así es.
Por algún lado habrá que respirar, y me temo que no será por los caminos de la
política, la religión o la economía, sino en el ámbito de la sensibilidad, la
creatividad y la imaginación.
Los libros, la música, la ciencia… nos
acompañan en los momentos difíciles de nuestra vida, logran que no nos sintamos
solos. Con ser buena compañía les basta y así para el creador de sueños e
imaginaciones nunca resulta inútil el esfuerzo.
Todo cambia a un ritmo vertiginoso, está
acabando una era, la era contemporánea que nació con las revoluciones del XVIII
y el XIX, y hasta aquí hemos llegado. Estamos entrando en otra época, que no sé
si llamar digital, o funeral, que se manifiesta en la crisis de pareja, de la
comunicación, de la economía, de los paradigmas científico-técnicos, de la
creatividad, de la música, de la política… Entramos en la era de “El si fuera”…
Lo único que parece estar fresco como una
lechuga es Internet. Lo está absorbiendo todo, marca un antes y un después.
Todo se hace por internet, desde transacciones financieras de alto rango hasta
buscar pareja. Que viva la “internetional”.
Pero internet y las nuevas tecnologías no han
abolido todo el concepto de creatividad; aún existe gente que, (como yo, y esto
sí que es paradójico) necesitan de canciones, de libros, de cine… artefactos
que cuentan una historia o emocionan. En efecto, abolir “lo creativo”, sería
como abolir el mismo sentido de la presencia del ser humano en el planeta
Tierra. Las canciones y los poemas son necesidades del ser humano para
justificar su existencia y entenderla. Si eso desaparece no quedará nada. Todo
sería una paradoja galáctica, una gran tomadura de pelo.
Y es que pese a todo el “bicho” humano no
cambia. Es el mismo hoy que hace siglos: una extravagancia con patas. Es la
conciencia de que el universo existe, el testaferro de éste. Tiene los mismos miedos, los mismos dolores,
las mismas dudas que ayer… Algo como el establecimiento de las “concertinas” en
Melilla no es anecdótico. No es que la Historia se repita, es que siempre es lo
mismo. Sólo nos quedan los eufemismos, palabras diferentes para nombrar lo
mismo. El bicho humano es un “hijo de puta” para sí mismo. Y pese a todo
seguimos en la brecha, y aún tenemos posibilidad de ser sorprendidos y de
sorprender. Aún sabiendo todo lo que he mencionado antes, hay cosas que nos
indignan leyendo un periódico o viendo las noticias. Hacernos saltar de la
silla es cada vez más difícil, ya que el tiempo pesa y somos conscientes de que
es dificilísimo cambiar esto. Pero cuando la consciencia nos da punzadas vemos
que puede vencer la propagación de la estulticia, la apoteosis de la estupidez.
No se puede estar en esta época, con todo lo que ha ocurrido en el mundo, y ser
más idiotas que nunca. Y eso si que nos da miedo.
Solo nos queda la creatividad, para todo, para
buscar la felicidad individual y común. No podemos escurrir el bulto por asumir
nuestra naturaleza… debemos “luchar-caminar” “junto-contra” ella; aceptándola y
conviviendo con la posibilidad de joder a los demás pero procurando no hacerlo.
Y para ello hay una fórmula para nada mágica… No hagas nunca lo que no desees
que te hagan a ti y piérdete por las páginas de un libro, por las notas de una
canción o por la piel de la persona amada.
Estoy totalmente de acuerdo contigo en que debe ser la creatividad la que nos saque de apuros. Pero hay que estar muy pendiente para que las creaciones artísticas nos reactiven y no caigan en mera evasión espititual. Porque si no corremos en el peligro de quedarnos encerrados en el conocimiento puro.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con que la creatividad es la llave. Pero debemos asegurarnos que todo el potencial del conocimiento puro: arte, ciencia, filosofía...no se quede sólo en una mera evasión del espíritu, sino que sus conclusiones despierten conciencias.
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